Chile Chile lindo
La Cerveseria Clandestina, Barcelona
Mayo 2019 


Al vivir en otro país, nuestra realidad cambia, creamos nuevas rutinas con nuevos escenarios de fondo y empezamos a olvidar la cotidianidad de nuestra tierra natal. Por eso, cuando volvemos, lo vemos todo con otros ojos. Y descubrimos que hay cosas que son tan propias de nuestra tierra que no habíamos reflexionado que solo están ahí, cosas que ni siquiera nos habíamos dado cuenta que extrañábamos hasta que las volvemos a ver y empezamos a valorarlas más que nunca.

Eso es lo que me ha pasado a mi con los pueblitos de Chile (soy de Santiago de Chile, vivo en Barcelona desde el año 2006). Mientras vivía allá no me daba cuenta de lo pintoresco y bonito que eran estos lugares –donde la mayoría de las casas están pintadas de colores, las tiendas todavía tienen sus carteles pintados a mano y los nombres de las calles las pintan directamente sobre las paredes–. Una vez que llegué a Barcelona, dejé de pensar en ellos y no fue hasta ir de visita al cabo de unos 3 años que los volví a ver, y los añoré. Ahora cada vez que voy intento ir a algún pueblo pequeño a pasear con la cámara e inmortalizar estos lugares, para poder viajar a ellos cuando me siento nostálgica.

En esta muestra, quise compartir algunos de estos lugares y sus colores. ¡Bienvenidos a este pequeño viaje por Chile!